sábado, 10 de enero de 2009

El colombiano Cristóbal Pardo salió por la puerta grande de la Monumental de Manizales


El 68, un toro histórico en Manizales al ser indultado. Cristobal Pardo el triunfador
El matador Cristóbal Pardo (foto), hizo un toreo valiente y alegre con sus dos toros, le cortó las dos orejas del quinto. Sus compañeros de cartel, Uceda Leal y Matías Tejela, cortaron de a una.
(Foto: John Jairo Bonilla - Colombia)

La cuarta de abono dejó abierto el debate por un indulto.
Víctor Diusabá Rojas. Especial para el diario "El País" / Manizales - Colombia

Una corrida en capítulos que terminó siendo obra grande, por cuenta del emocionante encierro de Juan Bernardo Caicedo. Una tarde para diseccionar, porque fue así, en piezas muy particulares en que se desgranaron las seis lidias. ¿Pudo pasar mucho más? A lo mejor sí. Aunque un indulto (polémico), una puerta grande, la de Cristóbal Pardo, y mucha gente feliz, parecen ser más que suficientes.

Se puede comenzar por el final. Nos quedamos con ganas de ver qué tenía ‘Trotón’, el sexto que vio aparecer el pañuelo del indulto en la presidencia, más allá de su fantástica pelea en el caballo de Anderson Murillo, en donde quería quedarse a vivir. Una epopeya de las que sólo queda testimonio en las enciclopedias añejas.

Porque no hay duda que tenía mucho más para regalarnos. Al menos, en los muy breves momentos en que Matías Tejela decidió ponerse en donde había que ponerse y mandar hasta donde había que mandar, un toro que metió la cara y fue hasta donde le pedían que fuera.

Lástima que una niebla tan espesa como la que por momentos bajó a la arena se apoderó del buen Matías y ‘Trotón’ se fue de largo sin que lo disfrutara él y tampoco nosotros. Acertado el palco al conceder una sola oreja simbólica.

Que hay con él un toro para heredar codicia en el caballo, no hay duda. Ahora bien, que hay un toro para dejarnos genes de todo lo demás, tan necesario, sólo el paso del tiempo lo dirá.

De todas maneras, injusto centrar todas las miradas en esa fracción de la corrida, porque los sucesos que antecedieron al impacto del último ya daban para que el encierro, y con él la tarde entera, trepara alto.

¿Un ejemplo? El segundo de la tarde. El tío y muy serio segundo de la tarde. Un toro digno de cualquier plaza de primera categoría en España. Le gritaron ¡toro! Y lo fue. No sólo por lo que pareció ser sino por lo que fue. Tuvo fijeza y prontitud. Y, además, supo transmitir. Claro, a la hora del resultado, lo suyo quedó en palmas en el arrastre, pero por sus pitones pasaron momentos de los mejores de la corrida.

Y Cristóbal no desentonó con él. Las series sobre la derecha resultaron templadas y ligadas. Con la izquierda, el tono bajó, pero, en general, hubo pareja para un baile de gala, siempre en los medios. La espada cayó mal. Y la historia, ya se sabe, la escriben los vencedores.

La lluvia le puso otro color al resto de la tarde. Bueno a excepción del primero, en el que Uceda Leal aprovechó la calidad del ejemplar pero pagó precio a su falta de fuerza, con la que otro hubiera sido el cantar.

La lluvia, decíamos, marcó a tercero, cuarto y quinto. El primero de ellos, muy justo de todo, se movió delante de Tejela, quien sólo se halló en esos tres últimos recortes con la muleta donde apareció el de Alcalá de Henares que todos conocemos.

En cambio los otros dos dejaron buenos recuerdos. El cuarto, como casi todos sus hermanos, mandó los petos a remendar. Tuvo raza y pidió tela. Se la dieron. Aunque tuvo un defecto evidente: perdía la fijeza en el engaño al salir del último muletazo. Eso sí, emocionó y obligó a sacar las manos de los bajos del chubasquero para dar las gracias.

Y el quinto, condenado al infierno por el herradero en que se convirtió su lidia, tuvo la fortuna de que Cristóbal Pardo supiera resolverlo en las rayas. Ahí, Pardo construyó una faena que demuestra sus incuestionables progresos. Este Cristóbal quiere y, sobre todo, puede. Dos orejas, la segunda empujada por una clamorosa petición.

Apuntes

· Saludaron Chiricuto, Hernando Franco y Jaime Mejía por pares de banderillas.
· Ovación a Anderson Murillo por la prolongada vara al sexto (algún sector del público lo pitó).
· Lluvia en la lidia de tercero, cuarto y quinto. Ruedo en mal estado en esos turnos.
· Una tarde de toros, no por lo dúctiles sino por lo serios y emocionantes. Cada cual pidiendo una talla de lidiador, de los que por momentos les tocaron en turno o de esos ilustres que andaban en callejón y barreras de lujo, como César Rincón, Enrique Ponce, El Juli, Morante de la Puebla, Luis Bolívar…

Ficha técnica

· Ganadería de Juan B. Caicedo Seis toros de Juan Bernardo Caicedo. Desiguales de presentación. Muy serio y encastado el segundo. Enrazado el sexto (Trotón, número 68 de 460 kilos), al que se le concedió el indulto. Noble y flojo el primero. Justo de presentación y casta el tercero. Bravo el cuarto; y rajado el quinto, que cumplió en los adentros. 490, 536, 444, 494, 462 y 460 kgrs.

· Uceda Leal Grana y oro Palmas tras aviso y oreja.
· Cristóbal Pardo Azul marino y oro Vuelta tras aviso y dos orejas.
· Matías Tejela Sangre de toro y oro División de opiniones y oreja simbólica.

Detalles

Más de tres cuartos de entrada.