Y cumplió su sueño el
peruano Andrés Roca Rey. Tomó hoy la alternativa en el anfiteatro romano de
Nimes en Francia y con oreja de cada toro pudo acompañar a padrino y testigo en
la salida a hombros durante la vuelta a la elíptica arena del sudoeste galo, aunque
luego el rigor de su reglamento le impidiera hacerlo por la Puerta de los
Cónsules y debió hacerlo por la del patio de cuadrillas. Es lo de menos.
Lo importante es que
esta fecha se recordará por haber sido la primera vez que un peruano se doctora
en ese ‘terroir’ y que con esa se cerraba un capítulo histórico para el toreo
nacional por haber firmado Roca Rey una temporada que hace mucho no daba un
novillero, con triunfos y salidas a hombros en plazas de primera y importantes
y porque puso a todos de acuerdo en sus condiciones para postular a los
puestos de figura del toreo.
Tras la ceremonia, a
la que llegó con férula en su mano izquierda y carnes del muslo casi abiertos
por una cornada reciente, dejó en su primero patente su condición, variedad y
gusto con el percal, y solvencia técnica para exprimir el mejor pitón del toro,
tanto como entrega para suplir cuando no había tela con valor. Tras espadazo
llegó la oreja y empezaba de seguro a soñar con más, con las dos del mismo
toro, que sería el 6º bis porque el titular se rompió una mano y ¡ay dolor! Una
pena porque ese sí que embestía.
Salió el que no
debió, con más cuajo y seriedad de todos los echados, pero trajo olor a hule
desde sus entrañas. Sin recorrido, o rebañando al final del corto, soltando con
peligro la cara y buscando la yugular. Desordenado el quite acaso le acentuó
los defectos en muleta. Ahí aguantó con firmeza e intentando el toreo bueno.
Inició por alto, cuando quizás era domeñar por bajo hacia afuera. Templando y
ceñido al toro, se la jugó en cada muletazos. En una salida de pecho que no lo
echó afuera le pegó un tarascón que casi le atrapa la pierna de la cornada, la
derecha, por detrás de la rodilla, menos mal que sólo rompió la taleguilla. Fea
caída tuvo sobre la mano rota y se resintió con dolor. Mató de estoconazo hasta
la gamuza y cobró otra oreja.
Más allá de premios
quedará para siempre la dimensión de figura que hoy confirmó con el toro, mismo
al que deberá respetar más y del que deberá recibir lo mismo para el camino
fluya. Mucho y bueno se espera del peruano en la cuna del toreo.
Mucho y bueno dejó el
maestro y padrino Enrique Ponce, con una faena, la segunda, roto de abductores,
pero con un fondo de arte y toreo ralentizado que enloqueció. Dos faenas buenas
de Juan Bautista, testigo de la ceremonia de alternativa, cortaron oreja y dos
a su lote cada cual y salieron por la Puerta de los Cónsules.
Nimes, Francia. Sábado 19 de septiembre de 2015. Tres cuartos de entrada en los tendidos. Toros de Victoriano del Río.
1º, Toros de Cortés 2º y 3º y Juan Pedro Domecq 4º, 5º y 6º. Destacó el lote del francés. Enrique Ponce, oreja y dos orejas; Juan Bautista, oreja tras aviso y dos orejas; y Andrés Roca Rey, que toma la alternativa, oreja y oreja.
Incidencias: El toro de la alternativa se llamó Pocosol No. 8, con 509 kilos, con el hierro de Victoriano del Río
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